Un peluquero, un príncipe, una princesa y una gitana se embarcan en la delirante aventura de la ópera, una historia de amor, amistad y valentía con una tremenda banda sonora. ¡20 hitazos! de la música clásica, adaptados disparatadamente al español, para disfrutar y cantar en familia.
DÓNDE – CUÁNDO – CUÁNTO – CÓMO
Ciudad Cultural Konex. Sarmiento 3131
6, 13, 17 y 24 de julio, a las 11 hs.
Localidades: $9500 – $11.500 – $13.500 (bono contribución)
ELENCO
Príncipe Calaf, tenor: Patricio Oliveira, Luca Eizaguirre
Almagro (Beto), barítono: Gabriel Carasso
Violeta, soprano: Constanza Díaz Falú, Karen Brandan
Carmen, mezzosoprano: Estefanía Cap, Rocío Arbizu
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Matías Chapiro (piano)
¿Qué es ¡NADIE DUERMA!?
En ¡Nadie duerma!, un peluquero y un príncipe emprenden juntos la aventura de la ópera, para liberar a una princesa desconocida. Para lograrlo cabalgarán por los pentagramas de Rossini, se enfrentarán a los toros de Bizet, los mares de Wagner y las brujas de Verdi. Pero los engaños de Mozart y el amor de Puccini harán que el viaje no resulte como fue planeado. Un disparate épico-lírico que les permitirá a los chicos entrar en el gran mundo de la ópera.
¡Nadie duerma! es una historia de amor, amistad, tolerancia con lo desconocido y compañerismo. Durante una hora, y conducidos por cuatro cantantes y una pequeña orquesta, los chicos conocerán de primera mano 20 fragmentos icónicos del repertorio lírico universal, desde El barbero de Sevilla y Don Giovanni, hasta Carmen y Turandot, entre otras. Los fragmentos cantados están adaptados al español, con una fuerte impronta lúdica y humorística, pero respetando, en su gran mayoría, el espíritu original de cada pasaje.
El espectáculo está escrito con una doble lectura: para público infantil y adulto, de manera que tiene la capacidad de cubrir un amplio rango de edades para desarrollar lo que se convierte en un viaje iniciático al mundo de la música clásica. Al mismo tiempo, plantea dilemas relevantes para el público infantil: el clivaje entre el bien y el mal, el temor a la oscuridad, el valor y enfrentamiento de los propios miedos, rehuyendo en todo momento de las simplificaciones y los lugares comunes que muchas veces impregnan las obras para niños.
¿POR QUÉ ACERCAR LOS GRANDES MAESTROS A LOS MÁS CHICOS?
Porque el arte, por sobre todas las cosas, brinda la posibilidad de transformar el dolor y las experiencias traumáticas, en belleza y sentido. Dijo el compositor alemán Carl María Von-Weber, “la música es el verdadero idioma universal”. Y por eso es decisiva en la elaboración de propuestas pensadas para un público que muchas veces no logra verbalizar sus emociones, sus miedos y sus problemas. En la ópera, además, se conjuga el enorme rol del teatro a la hora de despertar la imaginación y reflexión en los espectadores. Aquello que el actor interpreta en el escenario genera identificación o empatía. Los chicos ya no están solos con aquello que les pasa. Hay otro que sobre el escenario representa lo que a ellos les sucede o lo que le sucede a un conocido. Así, el teatro se convierte en una experiencia que va mucho más allá de lo puramente estético. Los chicos estimulan la propia sensibilidad, enriquecen su calidad humana en su ejercicio como espectadores, complejizan el propio universo de valores, transforman miedos e incertidumbres en una catarsis teatral con contenidos del más alto nivel en términos musicales. Todo eso propone ¡Nadie duerma!
¿QUÉ MÚSICA VAN A
ESCUCHAR LOS CHICOS
EN ¡NADIE DUERMA!?
Veinte hitos de la música clásica
“Cuando voy a la casa de mi tía…”
(Vals de Musetta. LA BOHÈME. Giacomo Puccini)
“Tormenta”
(Temporale. LA CENICIENTA. Gioacchino Rossini)
“¡El toro!”
(Obertura. CARMEN. Georges Bizet)
“¡Toreador!”(Votre toast!
CARMEN. Georges Bizet)
“Es hora de despedirnos” (Coro Bocca chiusa.
MADAMA BUTTERFLY. Giacomo Puccini)
“Tu amor se abre a mi voz”
(Mon coeur s’ouvre a ta voix. SANSÓN Y DALILA. Camille Saint-Saëns)
“¡Ay! ¡La pesadilla!”
(Obertura. EL HOLANDÉS ERRANTE. Richard Wagner)
“Mi dulce gitana…”
(O soave fanciulla. LA BOHÈME. Giacomo Puccini)
“Esta es la historia…”
(Barcarola. LOS CUENTOS DE HOFFMANN. Jacques Offenbach)
“¡Bebamos!”
(Libiam. LA TRAVIATA. Giuseppe Verdi)
En “¡Nadie duerma!”, la ópera dispara su contenido inmortal a los chicos del siglo XXI, que toman contacto con los más grandes compositores de la música occidental, apropiándose de un patrimonio cultural que les pertenece y que tienen el derecho de conocer.
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