TE DAMOS LA BIENVENIDA AL MAPA DE LA ÓPERA
Este mapa te ayudará a entender qué hay detrás de la extraordinaria producción de la ópera, y con él podrás ampliar tu experiencia cuando entres a un teatro.
¿Qué vas a encontrar?
Con este mapa dibujado a mano por la diseñadora Florencia Sanguinetti, te invitamos a que descubras todos los elementos, instancias de trabajo y el equipo que hacen posible una ópera: desde tu ubicación en el teatro hasta los secretos de los rincones ocultos.
¿Cómo navegarlo?
Pasando el mouse sobre mapa y entrando en cada sección o bien haciendo click en los nombres de las secciones.
CON EL APOYO DE
MIEMBROS DEL PROGRAMA DE
AMIGOS DE JUVENTUS LYRICA
El Teatro Avenida se inauguró en 1908 con la puesta en escena de la obra El castigo sin venganza de Lope de Vega. Originalmente se llamaba El Teatro de la Avenida,(porque está situado sobre Avenida de Mayo) y era el recinto español por excelencia de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1979 un incendio destruyó el teatro y estuvo cerrado por más de 15 años.
Se reinauguró el 19 de junio de 1994 con una gala en la que se presentó el famosísimo Plácido Domingo. La reconstrucción se realizó gracias a la “Sociedad Reconquista del Teatro Avenida”, que estaba formada por un grupo de personas que estaban muy interesadas en recuperar el teatro y toda su actividad.
En abril de 1999, Juventus Lyrica presentó allí su primera ópera: Don Giovanni y hoy sigue realizando sus óperas allí. Desde entonces, se sumaron otras compañías de ópera y el teatro comenzó a ser llamado “el pequeño Colón”.
LAS UBICACIONES
La capacidad del teatro es de 1100 personas. El público se ubica en distintas secciones: platea, palcos platea, palcos bajos, tertulia, palcos tertulia, paraíso y sobreparaíso.
Sus espacios ocultos
Detrás del telón, a los costados del escenario, debajo de la platea e incluso casi llegando al techo, el teatro guarda lugares secretos que el público no llega a ver pero que son fundamentales para el equipo de profesionales que trabaja en la ópera.
DIRECTOR DE ESCENA
No se lo ve durante la representación, pero es uno de los grandes responsables de lo que el público experimenta cuando va al teatro. Hace exactamente lo mismo que un director de cine o un director de teatro, es decir, resuelve cómo presentar el drama ante el público: Entrena actoralmente a los cantantes, les indica las motivaciones que los llevan a decir lo que dicen cuando cantan, y a ir de un lado al otro de la escena. Tiene, además, la concepción global de la obra, elige el lugar y la época en la que se va a representar, y conduce a los cantantes de manera tal que la trama sea creíble. Claro que hay óperas que les imponen algunos desafíos. Pero está en ellos sortearlas.
DIRECTOR MUSICAL
El director cumple un rol fundamental. Asume la preparación de la ópera: instruye a los cantantes y a los músicos acerca de cómo interpretar determinados pasajes, si de una manera vigorosa o de una manera dulce, forte o piano, y le imprime de esa manera el carácter a cada fragmento de la obra.
Durante los ensayos conjuntos (en los que ensayan “juntos” la orquesta y los cantantes) y también durante las funciones, su tarea es básicamente una batalla de concertación.
El director determina el tiempo (o la velocidad) a la cual se ejecutará cada fragmento y hace malabares para que los que están debajo del escenario (la orquesta) y los que están arriba (los cantantes solistas y el coro) vayan al mismo tiempo y no se “desfasen”.
Gran parte de la tarea del director también consiste en “seguir” a los cantantes, que son los que más expuestos quedan en la ópera, y su voz es la primera en resentirse con la exposición. A los cantantes, las emociones y los nervios les pueden jugar una mala pasada, tensando el instrumento principal que tienen, su voz. Es por eso que si un cantante necesita tomar aire para continuar con la siguiente frase, o se queda más de la cuenta en una nota para demostrar su capacidad vocal, es el director quien tiene que estar atento a estos cambios para indicar a la orquesta una mínima pausa en la música.
A pesar de esto, es el director musical (y no los cantantes) quien tiene la última palabra en la ópera. Con su batuta da las “entradas” (la orden de comienzo) a cada uno de los intérpretes que está arriba del escenario y a la orquesta, y también los “cortes”, es decir los finales de cada fragmento.
LOS CANTANTES Y SUS VOCES
Ser cantante de ópera es una profesión que requiere mucho trabajo y dedicación. Los cantantes de ópera tienen una formación en técnica vocal particular que les permite, por ejemplo, poder proyectar su voz en los teatros sin necesidad de utilizar micrófonos para traspasar el sonido de la orquesta.
La vida del cantante de ópera es parecida a la del deportista profesional. El cuidado de la voz requiere no sólo de un estricto entrenamiento vocal, sino también de respetar ciertas rutinas: dormir bien, evitar o moderar el consumo de ciertas comidas y bebidas, cuidarse de los cambios bruscos de temperatura, tomar mucha agua, antes y después de usar la voz, etc.
Además, tienen que adquirir conocimientos musicales (teoría e historia de la música), de arte dramático (para poder interpretar convincentemente los roles operísticos) y dicción de diversos idiomas (italiano, alemán y francés son los más frecuentes en la ópera) para así poder pronunciar el texto con claridad y que se entienda.
Los primeros papeles que un cantante realiza suelen ser personajes secundarios, con una aparición escénica muy breve y pequeñas intervenciones musicales. Algunas veces, mientras cantan esos roles pequeños, suelen entrenarse como cover de un rol protagónico. Un cover, es algo así como un “cantante suplente”: ensaya y se entrena como el “cantante titular”, aunque sabe que no cantará en ninguna de las funciones previstas, excepto que el cantante con funciones asignadas se enferme o tenga algún contratiempo.
¿CÓMO SE ELIGEN LOS CANTANTES DE ÓPERA?
Así como en el cine el “casting” se realiza por el tipo físico y la actuación, en la ópera la elección de los cantantes que interpretarán cada rol se determina primeramente por su tipo de voz o “registro”.
las voces femeninas
Son las mujeres que alcanzan las notas más agudas, y logran el tipo de destrezas que al público le encanta escuchar una y otra vez. Son las grandes divas de la ópera. Hay varios tipos de soprano: ligera (alcanza con gran facilidad los agudos, pero tiene menor sonoridad en las notas graves), lírica (su voz tiene más timbre y más cuerpo que el de la ligera, pero alcanza menos notas agudas), dramática (es la que más volumen tiene, pero menor flexibilidad para alcanzar ágilmente las notas agudas), y también lírica-ligera o lírica con coloratura (timbre y sonoridad en el centro, con agilidad para alcanzar los agudos, puede abordar la mayoría de los roles del repertorio, aunque hay que aclarar que alcanza menos agudos que la ligera y tiene menor sonoridad en los graves que la lírica), soubrette (con más color y suavidad pero menos agudos que la ligera), lírica spinto (parecida a la lírica, pero con mayor “cuerpo” o sonoridad en el centro del registro), etc.
La mayor parte de las grandes heroínas de la ópera son sopranos: Susana y la Condesa, en Las Bodas de Fígaro (Mozart), la Princesa Pamina de La flauta mágica (Mozart), Norma en Norma (Bellini), Mimí en La bohéme (Puccini), Tosca en Tosca (Puccini), etc. No son siempre angelicales, hay también heroínas bien malas, como la Reina de la Noche de La flauta mágica (Mozart), con sus famosos sobreagudos.
Mezzo en italiano significa “medio”. Son las mujeres que logran mayor volumen y comodidad en el “medio” del registro vocal. Que las sopranos se lleven la mayoría de los protagónicos no significa que no existan grandes roles escritos para mezzos: Carmen de la ópera Carmen de Bizet es uno de los personajes más maravillosos de la historia de la ópera y es para mezzo. Y también están Angelina de La cenerentola (Rossini), Rosina de El barbero de Sevilla (Rossini), el famoso Cherubino de la ópera Las bodas de Fígaro (Mozart), la Adalgisa de la ópera Norma (Bellini), etc.
Son las voces femeninas que alcanzan las notas más graves del registro, y son también voces muy escasas. Algunos roles escritos para ellas son: Ulrica de Un ballo in maschera (Verdi) o Lucrecia de La violación de Lucrecia (Britten).
las voces masculinas
Son los hombres que logran mayor sonoridad en las notas agudas de la escala musical. Por alguna misteriosa razón, la mayoría de los compositores han elegido para esta tesitura a los “héroes” de sus historias: Romeo en Romeo y Julieta (Gounod), el Príncipe Tamino en La flauta mágica (Mozart), El conde de Almaviva en El Barbero de Sevilla (Rossini), Mario Cavaradossi en Tosca (Puccini), Rodolfo en La bohème (Puccini), Alfredo en La Traviata (Verdi), entre muchos otros.
Hay varios tipos de matices dentro de la voz de tenor, como en el resto de las voces: los están ligeros (alcanzan con agilidad las notas más agudas del registro), líricos (tienen más dificultad para los agudos que los ligeros, pero por otra parte poseen mucha más sonoridad en el registro central) y también spintos (voz caracterizada por tener mayor potencia y capacidad de proyección que la voz de tenor lírico).
Son los hombres que cantan cómodos y adquieren mayor volumen o sonoridad en el medio de la escala musical. La historia de la ópera les ha asignado también grandes roles protagónicos o co-protagónicos. Allí van: el Conde en Las bodas de Fígaro (Mozart), Fígaro en El barbero de Sevilla (Rossini), Falstaff en Falstaff (Verdi), Germont en La traviata (Verdi), el toreador Escamillo en Carmen (Bizet), entre muchos otros.
Son los hombres que adquieren sonoridad en las notas más graves del registro vocal y se sienten cómodos en dichas notas. Algunos grandes personajes como Sarastro de La flauta mágica (Mozart), Don Basilio de El Barbero de Sevilla (Rossini), el Commendatore de Don Giovanni (Mozart), son para este registro.
También hay hombres que desarrollan su voz de cabeza o “falsete” (la misma que usan cantantes pop como los Bee Gees, MIKA o Miranda!): son los “contratenores”. Desde fines de la Edad Media y hasta el siglo XIX existieron también los “castrati”, hombres que eran castrados antes del cambio de voz, y conservaban así su voz de niños, pero con la potencia de un cantante adulto. Una de las razones de esta práctica era que la Iglesia prohibía a las mujeres cantar en los templos, por eso las voces agudas debían ser asumidas por niños o por “castrati”.
Por suerte, ahora no se recurre a métodos brutales para lograr esas tesituras, sino simplemente a técnicas de canto determinadas, aunque se sabe que un contratenor difícilmente podrá igualar la potencia vocal de un castrato.
el coro
El desempeño y formación del cantante del coro, es diferente al del solista. Requiere de mucha concentración y disociación. En lugar de colmar la sala con su única voz, el coreuta debe aprender a fundir el sonido de su voz con la de sus compañeros, aprender a seguir armonías disociadas de la voz que lleva la melodía.
soprano
tenor
bajo y coro
barítono
MEZZOSOPRANO
CONTRATENOR Y CORO
La orquesta respalda musicalmente lo que sucede arriba del escenario.
No todos los músicos ni todas las orquestas tienen la ductilidad suficiente para acompañar una ópera. Se requiere un gran desarrollo del sentido de la percepción y estar suficientemente atento hacia lo que sucede en un lugar que no se ve desde el foso, como es el escenario, y que puede modificar la velocidad de ejecución de la partitura, por ejemplo.
La orquesta no sólo respalda a los cantantes sino que desempeña un papel psicológico en toda la trama. La música que transmite la orquesta puede indicarnos cómo se desenvolverá cierta escena y expresa lo que está sucediendo en realidad en el drama. Cumple el rol de narrador que cumple la voz en off en el cine.
El director
Sin director no puede haber ópera. Es la persona fundamental que guía tanto a los músicos como a los cantantes. Decide qué ubicación y cantidad de instrumento en el foso. Es el nexo entre lo que pasa en la escena, sobre el escenario, y la música que acompaña la acción.
Es el encargado de agrupar a los músicos por tipo de instrumento. De esta manera, el director puede ir dando órdenes en distintas direcciones o zonas, según cómo están ubicados los músicos y según lo que le indica la partitura.
Los instrumentos
El primer instrumento musical está mucho más cerca de lo que pensamos: la voz. Su versatilidad permite crear sonidos muy diversos, desde imitar el canto de un pájaro hasta el sonido de un bombo. Cuando los primeros hombres soplaban una rama hueca, un caracol de mar, cuando golpeaban una piedra o incluso cuando golpeaban las palmas de sus manos, pensaban sacaban sonido de un objeto, su alma.
Seguramente la voz era acompañada por el batir de las palmas o el golpe de la mano sobre algún objeto. Sin pensarlo, habían creado los antepasados de los instrumentos musicales que hoy conocemos.
Los primeros fueron los instrumentos de percusión (sencillamente golpear dos objetos). Luego llegó el momento de soplar, hacer resonar un objeto hueco o hacer vibrar un objeto blando, que se convertirían luego en los instrumentos de viento (flauta, trompeta, oboe…). Finalmente se combinaron dos objetos distintos: una caja de resonancia y una o varios hilos para frotar con otro elemento o sencillamente con las manos: los instrumentos de cuerdas (lira, guitarra, arpa, violín, cello, contrabajo…).
Todos los pueblos fabricaron instrumentos musicales y todavía hoy se inventan nuevos.
Tipos de instrumentos
No hay una sola forma de clasificar los instrumentos. Pero quizá la más tradicional sea la que nos cuenta de qué forma son ejecutados.
Percusión. Estos emiten el sonido cuando son golpeados con las manos, como el bongó, por ejemplo. O usando un elemento como vara, martillo. Así se extrae el sonido del timbal, xilofón o tambor.
Viento. El sonido puede ser escuchado cuando el viento que soplamos pasa a través de un tubo. Los instrumentos de viento puede dividirse según el material del que están fabricados. Metal: trompeta, saxo, trombón. Madera: flauta, oboe, fagot, contrafagot.
Cuerda. Al pulsar una cuerda con los dedos o un arco, estos instrumentos son capaces de generar sonido. Guitarra, violín, cello, arpa.
VESTUARIO
Diseñador de vestuario. Es el encargado de pensar y diseñar el vestuario que llevará cada uno de los personajes de la ópera, según la época y los requerimientos que tiene el director de escena. Debe trabajar en conjunto con el escenógrafo, para que la obra será un todo integrado.
Realizador de vestuario. Con las pautas que plantea el diseñador de vestuario, el realizador se ocupa de confeccionar cada una de las prendas y los accesorios que los personajes tendrán en escena.
Vestidor/a. Es el encargado de ayudar a vestir a los cantantes de la ópera. Debe conocer muy bien de qué prendas consta el vestuario de cada uno de ellos y cuándo y cómo se pone ó saca cada una de las prendas. Es conveniente que también sepa coser para resolver cualquier problema de último momento que se plantee.
escenografía
La escenografía son los ambientes o lugares en donde transcurren las óperas, según la época e indicaciones que da el regisseur o director escénico. Durante una ópera la escenografía puede cambiar a medida que transcurre la historia (en una calle, un palacio, un jardín, una habitación, un salón de baile, etc.). El escenógrafo es el encargado de pensar y diseñar todos estos espacios. En la mayoría de los casos, la escenografía no se construye en el escenario ya que por lo general está siendo usado por otra producción. Es por eso que se construye por partes y el día de montaje se llevan todas las piezas desarmadas para ensamblarse allí mismo, porque paredes enormes o torres de gigantes castillos, no suelen entrar armadas por la puerta de acceso al escenario. Algunos teatros tiene talleres propios en los subsuelos en donde se construyen las escenografías que luego se elevan por medio de distintas máquinas sobre el escenario.
iluminación
Las luces en el escenario son fundamentales para terminar de crear un ambiante ideal para contar la historia junto con la escenografía y el vestuario. Pueden ubicar al público durante el día, la noche, en el interior de un castillo o en una tormenta con viento y lluvia. El iluminador es el encargado de pensar y diseñar la iluminación que llevará cada una de las escenas de la ópera. Para diseñar las luces, trabaja en conjunto con el escenógrafo y director de escena.
LIBRETISTA
Es el autor del libreto o guión de la ópera, quien narra la historia.
De la misma forma que en una obra de teatro o en una película, el proceso de creación de una ópera empieza – aunque hay excepciones- con palabras. En una obra de teatro, esas palabras se convierten en texto, en una película en el guion y en una ópera en el libreto (que tiene origen en la palabra libretto que en italiano significa “librito”). Algunos de los libretitas más conocidos son: Lorenzo Da Ponte, Arrigo Boito, Francesco Maria Piave, Luigi Illica, Giuseppe Giacosa, Salvatore Cammarano, entre otros.
COMPOSITOR
Escribe la partitura, es decir, le “pone” música al libreto, aunque no necesariamente el orden es así. A veces es el libretista quien pone letra a la música. Entre los compositores más reconocidos se encuentran: Mozart, Verdi, Rossini, Puccini, Strauss, Bizet, Donizetti, Bellini, Offenbach, Beethoven… ¡la lista es extensa!
LOS GRANDES COMPOSITORES DE ÓPERA Y ALGUNAS DE SUS OBRAS MÁS FAMOSAS
EN LOS SIGLOS XX Y XXI TAMBIÉN SE SIGUIÓ CREANDO ÓPERA
ensayos
Los ensayos suelen empezar dos meses previo al estreno. Durante esta etapa “secreta” de trabajo, se piensan todos y cada unos de los aspectos que el público verá sobre el escenario pero también aquellos que hacen a la organización del espectáculo.
Los ensayos pueden dividirse en tres grupos: ensayos escénicos, donde los cantantes practican la parte actoral de su actuación; los ensayos musicales, donde el director trabaja con los cantantes aspectos musicales, y luego los ensayos con orquesta, que se dividen en lecturas, donde el director trabaja únicamente con la orquesta, italianas donde el director trabaja con orquesta y cantantes únicamente aspectos musicales, y los ensayos conjuntos donde se trabaja con la orquesta, los cantantes y se incorpora el aspecto teatral y escénico, con la misma dinámica que tendrá en las funciones.
jefe de escenario
Es el encargado de la logística de todo lo que sucede en escena. Con la partitura en mano, da las órdenes para que entren o salgan decorados, suban o bajen el telones, entrar o saquen diferentes elementos del escenario. A veces también cumple el rol de buttafuori, (es decir, quien “tira” – de buttare en italiano- “afuera” a los cantantes, es decir, les indica en qué momento deben salir a escena a actuar).
Además de conocer la organicidad de cada producción, el jefe de escenario debe saber de música para poder leer en la partitura cada momento de la obra e indicar al maquinista, técnico o utilero (que son los encargados de mover los elementos) cuándo debe preparar su movimiento y en qué momento y con qué velocidad debe empezar a realizarlo.
utilería
Todos los elementos movibles que ayudan a componer una escena se los considera utilería. Estos objetos suelen ser: candelabros, floreros, plumas, libros, farolitos, velas, espadas, mantas, mesas, sillas, botellas, etc. El utilero es la persona encargada que estos elementos estén listos para salir a escena en el momento indicado.
telonero
Es el encargado de subir y bajar –o cerrar y abrir– el telón en el comienzo y final de cada acto o en algún cambio de escena que lo requiera. El jefe de escenario es que le da la orden para que sepa exactamente en qué momento y con qué velocidad debe hacerlo.
SOBRETITULADO
Es la traducción simultánea de lo que cada personaje canta en el idioma original de la obra. Son diapositivas proyectadas sobre la parte superior del escenario, por eso se llama “sobretitulado” y no “subtitulado”.
En algunos teatros de Europa y Estados Unidos, los títulos están en una pantalla al alcance del espectador, situada en su propia butaca. De esa manera, cada espectador puede elegir el idioma en que quiere que sea traducida la ópera.
Como la ópera es un arte que se realiza en vivo, y en cada función pueden suceder contratiempos o cambios en la velocidad de ejecución de la obra, la traducción simultánea no puede hacerse de manera automática. Por eso, es necesaria una persona que siga la obra y vaya dando las órdenes de traducción. El maestro de sobretitulado es esa persona, y para poder hacerlo debe tener conocimientos de música ya que va siguiendo la partitura para lograrlo.
apuntador
Es la persona que sirve de soporte a los cantantes ya que les “sopla” la letra por si ellos se la olvidan. Se ocupa de decirles las primeras palabras de cada frase que deben cantar para refrescarles la memoria y que se sientan contenidos. Si se olvidan de alguna parte, el apuntador siempre saldrá en su ayuda. Tiene conocimientos de música y siempre lo vamos a ver con su partitura siguiendo atentamente cada cosa que sucede en el escenario.
ENSAYO
VESTUARIO
BACKSTAGE
ILUMINACIÓN
Durante diez meses la artista Florencia Sanguinetti trabajó en el mapa de la ópera, a partir del relevamiento que el escenógrafo Gonzalo Córdova realizó en el Teatro Avenida. Tomando como punto de partida la escena de la Reina de la Noche (La flauta mágica, Mozart), que se muestra sobre el escenario, la artista recreó todos y cada uno de los elementos que conforman no solo un teatro de teatro de ópera sino también los que conforman en sí mismo un espectáculo de ópera.
¿Por qué un mapa de la ópera?
Lo que se ve en el escenario es resultado del trabajo invisible y silenciosos de un equipo de más de 100 personas. Apuntadores, pianistas, traductores, asesores de fonética, afinadores, operadores, asistentes, vestidores, utileros, técnicos… A ellos se suman los equipos de vestuario, escenografía, iluminación, maquillaje, peinados, prensa, diseño y administración. Finamente, directores musicales y escénicos, músicos y cantantes, que son la cara visible. Todo este gran equipo hace la ópera posible.
Su trabajo incluye pintar, diseñar, medir, cortar, pegar, coser, pensar, traducir, escribir, comunicar, imprimir, maquillar, peinar, vestir, armar, soldar, martillar, iluminar, ensayar una y otra vez, dirigir, interpretar, actuar… ¡cantar!
El mapa, el primer paso
Este mapa forma parte del Programa de Desarrollo de Audiencia que Juventus Lyrica lleva adelante desde 2010. Esta es una herramienta más con la que cuentan los docentes para ayudar a los estudiantes a descubrir el fascinante mundo de la música clásica. El programa se completa con una función exclusiva de todas nuestras producciones en el Teatro Avenida para estudiantes, en horario escolar.
Sobre Florencia Sanguinetti
Realizó estudios de música en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires y egresó de la carrera de régie del Instituto Superior de Arte, becada por la Fundación del Teatro Colón en 1995. Estudió diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires; se formó en dirección teatral con Jaime Kogan en el Teatro Payró y en escenografía en la escuela de Guillermo de la Torre. Su carrera y formación están ligadas desde muy temprano al Teatro Colón. En 1991 ingresó por concurso al área escenotécnica, donde trabajó durante cuatro años. Luego de un largo entrenamiento en la Ópera de Bonn, junto al régisseur Giancarlo del Mónaco, volvió para desempeñarse en el departamento de régie. Colaboró con los más grandes directores teatrales nacionales e internacionales como Jérôme Savary, Alex Ollé con La Fura del Baus, Sergio Renán, Roberto Oswald, Beni Montresor, Emilio Sagi, Hugo de Ana, Louis Desiré, Nicolas Joël, Alfredo Arias y Jorge Lavelli. Con muchos de ellos trabajó en distintas ciudades de Europa donde se instaló durante algunos años hasta que en 2005 fue nuevamente convocada por el Teatro Colón para ocupar el cargo que mantiene hasta la actualidad como responsable de producción escénica. Recibió el premio de la Asociación de Críticos del Espectáculo a la mejor producción escénica en teatros oficiales por Capriccio de Strauss (Teatro Colón, 2006). Creó numerosas puestas en escena y escenografías en distintos espacios de Buenos Aires, especialmente en el Teatro Avenida, entre las que se destacan Julius Caesar (1996), Alicia en el país de las maravillas de Marta Lambertini (1998, 1999 y 2000), Rigoletto (1999), Le pauvre matelot (1999), Gianni Schicchi (2000 y 2001), Don Pasquale (2002), Amelia al ballo (2009) y Los pescadores de perlas (2011). En noviembre de 2015 debutó como directora escénica en el Teatro Colón con la puesta de la ópera “El Angel de Fuego” de Prokofiev. Tras reponer ese mismo año la puesta de L’elisir d’amorem en el teatro Solís de Montevideo, fue convocada en 2016 para dirigir Los Capuletos y los Montescos y en 2020, Il trovatore, ésta última cancelada a causa de la pandemia. En 2022 tendrá a su cargo, la puesta de Pagliacci en esa sala uruguaya. A raíz de las cancelaciones causadas por la pandemia, retomó su pasión de origen por el diseño y la ilustración, y, durante los esos dos largos años de interrupción en el ámbito teatral, desarrolló una extensa producción de mapas y otras ilustraciones de arquitectura. Exposiciones, reproducciones y encargos transformaron esa iniciativa en una sostenida actividad profesional. En 2022 volvió al teatro con diversos proyectos de ópera en Buenos Aires y Montevideo.
CON EL APOYO DE
MIEMBROS DEL PROGRAMA DE
AMIGOS DE JUVENTUS LYRICA