Son las mujeres que alcanzan las notas más agudas, y logran el tipo de destrezas que al público le encanta escuchar una y otra vez. Son las grandes divas de la ópera. Hay varios tipos de soprano: ligera (alcanza con gran facilidad los agudos, pero tiene menor sonoridad en las notas graves), lírica (su voz tiene más timbre y más cuerpo que el de la ligera, pero alcanza menos notas agudas), dramática (es la que más volumen tiene, pero menor flexibilidad para alcanzar ágilmente las notas agudas), y también lírica-ligera o lírica con coloratura (timbre y sonoridad en el centro, con agilidad para alcanzar los agudos, puede abordar la mayoría de los roles del repertorio, aunque hay que aclarar que alcanza menos agudos que la ligera y tiene menor sonoridad en los graves que la lírica), soubrette (con más color y suavidad pero menos agudos que la ligera), lírica spinto (parecida a la lírica, pero con mayor “cuerpo” o sonoridad en el centro del registro), etc.
La mayor parte de las grandes heroínas de la ópera son sopranos: Susana y la Condesa, en Las Bodas de Fígaro (Mozart), la Princesa Pamina de La flauta mágica (Mozart), Norma en Norma (Bellini), Mimí en La bohéme (Puccini), Tosca en Tosca (Puccini), etc. No son siempre angelicales, hay también heroínas bien malas, como la Reina de la Noche de La flauta mágica (Mozart), con sus famosos sobreagudos.